El “Hoyo-Pelota”
Dentro de la gran gama de juegos olvidados por los niños de hoy está el “hoyo-Pelota”. Y esta reflexión es especialmente para los cincuentones
Autor: Oscar Alfredo Mario (www.enplenitud.com)
“¿Te acordás en esas tardes templadas de abril cuando en las esquinas del barrio nos juntábamos a jugar al “Hoyo-Pelota?”. Como para olvidarlo...
Seguramente los lectores de la generación intermedia recuerdan con nostalgia aquellos momentos en que la destreza, la picardía y la velocidad eran fundamentales para zafar del “paredón” de “fusilamiento” a que era sometido el más remolón.
Cabe aclarar que los mayores de entonces lo definían como un juego violento, pero... esa violencia lejos estaba de las imágenes de muerte que nos transmite a diario la TV basura.
¿En qué consistía el juego?.
Eran necesarios varios participantes y una pelota de trapo. Se hacía un hoyo en la calle, necesariamente de tierra, lo más natural en los años ’60, alrededor del que se colocaban los participantes, generalmente a unos 5 o 6 metros de distancia.
Cada uno hacía rodar la pelota hacia el hoyo tratando de embocarla. El que lograba el objetivo, tenía el derecho de sacarla mientras el resto corría a ponerse a salvo del “pelotazo” que arrojaba el ganador. Quien recibía “la marca” de la pelota acumulaba una prenda en contra y a la suma de 3, debía resignarse al “paredón” (cualquier tapial del barrio), contra el que era “fusilado” por todos los participantes del juego.
Pero la “víctima” del “fusilamiento” tenía una posibilidad de salvarse, esquivando la mayor cantidad de golpes posibles.
El “Hoyo Pelota” fue uno de los tradicionales juegos de los niños de la década del ’60, que antes del invierno se reunían a jugarlo en las esquinas de cualquier barrio de la ciudad.
“¿Te acordás en esas tardes templadas de abril cuando en las esquinas del barrio nos juntábamos a jugar al “Hoyo-Pelota?”. Como para olvidarlo...
Seguramente los lectores de la generación intermedia recuerdan con nostalgia aquellos momentos en que la destreza, la picardía y la velocidad eran fundamentales para zafar del “paredón” de “fusilamiento” a que era sometido el más remolón.
Cabe aclarar que los mayores de entonces lo definían como un juego violento, pero... esa violencia lejos estaba de las imágenes de muerte que nos transmite a diario la TV basura.
¿En qué consistía el juego?.
Eran necesarios varios participantes y una pelota de trapo. Se hacía un hoyo en la calle, necesariamente de tierra, lo más natural en los años ’60, alrededor del que se colocaban los participantes, generalmente a unos 5 o 6 metros de distancia.
Cada uno hacía rodar la pelota hacia el hoyo tratando de embocarla. El que lograba el objetivo, tenía el derecho de sacarla mientras el resto corría a ponerse a salvo del “pelotazo” que arrojaba el ganador. Quien recibía “la marca” de la pelota acumulaba una prenda en contra y a la suma de 3, debía resignarse al “paredón” (cualquier tapial del barrio), contra el que era “fusilado” por todos los participantes del juego.
Pero la “víctima” del “fusilamiento” tenía una posibilidad de salvarse, esquivando la mayor cantidad de golpes posibles.
El “Hoyo Pelota” fue uno de los tradicionales juegos de los niños de la década del ’60, que antes del invierno se reunían a jugarlo en las esquinas de cualquier barrio de la ciudad.
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